En el derecho romano se trató de muy distinta manera a las donaciones a como las conocemos hoy en día.
Desde principios de siglo de los romanos solo era posible la donación ente esposos si la mujer no estaba in manus (bajo la autoridad del marido), ya que el matrimonio generalmente era in manus.
Hacía el fin de la República, la costumbre había prohibido las donaciones entre esposos, se temían los enriquecimientos logrados por la intervención de los sentimientos, así como también para impedir el divorcio, una de las partes intentara la paz del hogar con dinero. (Martín, 2017: 4).
Cuando un cónyuge se moría se suponía que las adquisiciones del otro eran de occiso hasta que se comprobará lo contario.
En la época de Constantino la donación adquiere una forma ya como nosotros la conocemos: como negocio típico, con determinada forma, redactar un documento inscrito oficialmente (insinuatio).
Con la Insinuación como nueva institución (siglo IV d.C.) se tenía que registrar en Registros Públicos la donación que superará los doscientos sólidos considerando nulos los excesos a esa cantidad. Se publicaba para obstaculizar la clandestinidad.
Para que el donante revocara la donación no era tan sencillo ya que tenía que demostrar que el donatatio no cumplía con las cargas impuestas.
Con Justiniano se podía revocar la donación por ingratitud del donatario por medio de la condictio ex lege.
Las donaciones podían caducar si moría antes el donatario.
Las atribuciones patrimoniales gratuitas efectuadas por un sujeto a otro y que tienen eficacia a la muerte del donante, denominadas "donatio mortis causa". (Martín, 2017: 5).
De este tipo se presentan dos casos diferentes:
- El donante dona para cuando muera en favor del donatario (condición suspensiva).
- El donante efectúa la donación ante la eminente muerte o peligro grave como participar en una guerra, pero podía no llevarse a cabo si no moría el donante.
A continuación, se muestra un diagrama de las donaciones en tiempos de los romanos.
